Con Tribunales cerrados y siete semanas de confinamiento social, llegar a un acuerdo judicial desde el sillón de la casa suena como un prodigio. Así lo están viviendo los abogados del Centro de Mediación del Poder Ejecutivo que gracias a la acordada 230/20 de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán ya empiezan a ver los primeros frutos de su trabajo, mediado en un 100% por las herramientas tecnológicas.
“Es mi primera mediación virtual: agradezco especialmente a las partes, artífices de este acuerdo, a los letrados Ana Cristina Robles y a Jorge Martínez, por su comprometida labor y al subdirector del Centro de Mediación, doctor Ignacio Noble, por su intervención. Este esfuerzo colaborativo hace posible brindar soluciones rápidas pacíficas y priorizando el resguardo de la salud en particular en este contexto de pandemia”, celebraba por las redes sociales la abogada mediadora judicial Judith Castro Jozami.
Cómo lo hizo
El manejo de la tecnología no estaba entre los temas estudiados en su carrera pero la abogada se las ingenió para llevar a cabo su primera audiencia de mediación entre partes. Lo hizo así: “esta semana, antes de la audiencia, hablé con las partes y los letrados para explicarles la modalidad que íbamos a utilizar. El día anterior probamos la reunión que creé en Google Meet para que las partes y los letrados aprendieran en algunos casos a usar la cámara y a habilitar y deshabilitar el micrófono. Todo esto lo hice con la intención de que las partes no vivan el estrés tecnológico ese día de la audiencia”, relata la abogada - vía Whatsapp - a LA GACETA.
La acordada 230 que se publicó el 15 de abril habilita a los mediadores judiciales a continuar con los casos que ya habían comenzado antes de la cuarentena. Es decir, son casos en los que ya se había celebrado al menos un encuentro presencial y se habían tomado contacto con las personas intervinientes. Pero sobre todo se refiere a temas de suma gravedad y urgencia como el reclamo por pensión alimenticia, régimen de comunicación cuando hay menores de por medio, y otros casos en los que está en juego el cobro por alimentos.
La preparación previa de la ambientación tecnológica fue determinante para que la audiencia de Castro Jozami saliera perfecta.
“El hecho de haber tenido una audiencia con anterioridad al aislamiento en la que las partes pudieron charlar también ayudó mucho para llegar a un acuerdo”, cuenta la letrada.
La audiencia duró 40 minutos y los letrados y las partes quedaron contentos.
Son 147 mediadores
El subdirector del Centro de Mediación, Ignacio Noble, explica que el registro del Poder Judicial cuenta con 110 mediadores en capital, 30 en Concepción y siete en Monteros y en otro anexo de Banda del Río Salí. Están trabajando con las causas que ya tenían y temas acotados a la urgencia.
“Entre los temas urgentes hay casos que estaban en trámite, por ejemplo, en los que la parte actora tiene que afrontar gastos a causa de un accidente. Que sean por salud o que afecten sus posibilidades de subsistencia. Con el paso del tiempo y sin que se pueda acordar una suma de dinero en concepto de indemnización, esta situación puede resultar muy perjudicial por la pérdida de valor a causa de la inflación. Esta situación también se considera urgente”, explica el abogado.
Pero todos los casos que se tratan son causas en trámite. “Por ahora el trabajo es voluntario, estando suspendidos los plazos procesales. Si alguna de las partes no quiere hacerlo hay que esperar a que reinicie la actividad judicial”, aclara. La acordada da la posibilidad que se usen todas las herramienta posibles: comenzando por el correo electrónico que se usa para enviar documentos, el WhatsApp para las comunicaciones rápidas y Zoom o videollamada por WhatsApp, y otras plataformas. En la pantalla aparecen los rostros de las partes, los abogados de ambos y del mediador.
Algunos letrados están más prácticos en el manejo virtual. La abogada Myriam Costilla lleva adelante cinco causas por este medio, entre pedidos de alimentos, un conflicto bancario y otro por daños y perjuicios. “En estos tiempos de tanta conflictividad y con la justicia prácticamente paralizada, la mediación es un gran desahogo para las personas. Muchísimos casos se podrían resolver sin llegar a juicio. Uno realmente siente mucha satisfacción cuando ve que las partes pueden decirse todo lo que piensan y se van mucho más tranquilas de lo que entraron”, reconoce.
“La mediación trata de llegar a un acuerdo en el que nadie pierde. Es un esquema colaborativo y de buena voluntad”, resume la abogada Liliana Aráoz.
Un pedido de amparo
El letrado Carlos Augusto Rodríguez está tan convencido de que es la mejor herramienta y más en este tiempo de pandemia que ha elevado a la Justicia una medida de amparo para que todos los temas se puedan tratar en mediación y no solo los de familia y daños y perjuicios.
“Por ejemplo, en estos momentos se presentan casos de mucha conflictividad con los bancos. A gente le hacen descuentos indebidos por seguro de vida que no contrata y que está obligado a pagar. Por cada préstamo, en el mismo banco, le imponen un nuevo seguro. Las acciones de consumo, mediante la Ley de Defensa del Consumidor, resuelven rápidamente lo que en la justicia puede llevar años”, dice.